Nunca pensé que escribiría un blog, a medida que iba pasando por ésta vida creía que lo mejor era ser hermética, que las cosas de uno hay que guardarlas para si mismo, porque nos hacen vulnerables. Me dije que mis pensamientos y mis sueños eran mios, que mis emociones, anhelos y tristezas... no deberían salir para afectarme, cuando la verdad es que si se comparten es cuando te afectan menos. Me he dicho tantas cosas, tantas barbaridades, tantas incongruencias y tantas mentiras... y ahora me da por escribir en éste mí refugio... me abro a la vista de todos... comparto mis recuerdos y deseos... mis pensamientos, los poemas que me gustan, las letras de mis canciones, mis añoranzas e ilusiones... y me alegro.
Por todo lo anterior cree éste refugio, es pequeño, tampoco necesito más. Está situado el lo alto de la colina para tener buenas vistas, solo hay que subir el sendero.
En la parte de arriba tengo un gran ventanal al mar, para verlo en toda su plenitud de día y a la noche poder cojer el sueño escuchando el susurro de las olas al romper en la orilla...eso es paz.
Es mi pequeño refugio privado, todo de madera para que sea más cálido y acojedor, tengo un estante lleno de recuerdos que permanecen, un escritorio que siempre está por organizar con un cajón repleto de sentimientos pasados y presentes. A su lado, un sofá ni demasiado cómodo ni demasiado incomodo, lo justo para sentarse y entablar una sencilla conversación con los que quiero. Las paredes llenas de fotos e imágenes que se mantienen en mi retina como si las estuviera viendo en éste instante y no quiero que me abandonen. Una pequeña librería al fondo, con cuentos y libros de mi escuela y en uno de ellos la rosa que un día me regalaron y la dejé secar para mantenerla viva.
En el aseo otro estante haciendo rinconera, pero éste repleto de tarritos coquetos con los olores y los perfumes de mi vida, la hierba recién cortada en Santander, el olor de los libros nuevos, de la cartera del colegio que olía a goma de borrar, el olor de mis seres queridos, mi padre.. mis abuelas... mi madre...etc.
En el dormitorio al lado de la cama las zapatillas de lo que me hace sentir cómodo. En el armario, lo más profundo, lo más privado, lo más querido y en él una percha con el abrigo de la compañía. Y no puede faltar mi tocadiscos, con los vinilos.. no es que no tenga cd´s, que si los tengo pero lo siento me encanta lo antiguo, es una de mis pasiones. En esos vinilos la banda sonora de mi vida...
Y por último, en la puerta de entrada, no tengo felpudo, porque no hay que limpiarse los pies para entrar, ni timbre porque no hay que llamar...la puerta la encontrarás entreabierta.
Bienvenido... a mi vida.